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  • Foto del escritorCamila Belen Gonzalez

30 AÑOS INCLUYENDO EN EL INSTITUTO ANTONIO PROVOLO – A -270 ESCUELA ESPECIAL INCLUSIVA


Desde el Ayer –1989- al Hoy – 2019-

El Proceso de Integración- Inclusión desde el Instituto Antonio Provolo A-270

“Desde 1989 haciendo de la inclusión una realidad…”

Comenzamos este desafío hace 30 años, un camino que se abrió pensando en nuestros alumnos, en brindarles oportunidades que promuevan la socialización, en el derecho que tiene cada uno a desarrollar al máximo sus posibilidades.

En aquel momento, no teníamos normativas, ni resoluciones, solo nos guiaba la firme convicción de “Dar a cada niño lo que necesita.” Así fue como, a través del tiempo, se fueron delineando en proceso, la fundamentación y conceptualización de la integración – inclusión. En la actualidad este proyecto forma parte de nuestra identidad institucional que nos define como escuela especial inclusiva.

Un espacio de encuentro entre alumnos y docentes, sordos y oyentes, que se construye desde “la transformación” personal e institucional, teniendo en común la construcción del aprendizaje, de nuevos saberes. Nos proponemos dar respuesta a la diversidad de posibilidades y necesidades de cada alumno, desde su cultura, su etnia y su contexto socio- económico, ofreciendo un espacio educativo de abordaje amplio e integral. Para los alumnos con discapacidad auditiva, brindamos la escolaridad en los niveles inicial y primaria, formación integral para adolescentes y jóvenes.

Los alumnos que están incluidos en escuelas comunes reciben apoyo pedagógico para acompañar la trayectoria escolar de los mismos.

Por otro lado, los alumnos oyentes de las escuelas comunes que presentan dificultades en el lenguaje y aprendizaje, encuentran en nuestra escuela, un espacio para estimulación del lenguaje y de las habilidades escolares.

Este camino histórico y de revisión permanente tiene el objetivo de una Educación Integradora e Inclusiva capaz de transformar la sociedad desde la Escuela, a través de las diversas prácticas concretas y cotidianas, de un trabajo cooperativo entre escuela común y escuela especial, de construir puentes, establecer vínculos, elaborar acuerdos, con una actitud de diálogo, flexibilidad y consenso.

Este vínculo es posible y enriquece a ambos sistemas.

Esta experiencia, llevada a cabo en forma sistemática desde hace treinta años, nos permite afirmar que es posible cumplir este proyecto con una mirada esperanzada, desde la diversidad, atendiendo la singularidad del sujeto protagónico, poniendo a su servicio los recursos necesarios para su desarrollo integral. Además, debe ser un proceso sujeto a los cambios que se producen en el devenir del tiempo.

La renovación de mural del frente de la escuela intenta reflejar la continuidad de este desafío. La Profesora de Plástica, Victoria Garrahan, fue la encargada de llevar adelante esta propuesta acompañada por el compromiso de todas las profesoras que colaboraron con entusiasmo y alegría. Todos participaron: alumnos de la escuela y de otras instituciones educativas con las que compartimos proyectos, docentes, hermanas de la comunidad religiosa, familias, personal de mantenimiento, auxiliares, vecinos del barrio.

Hoy el desafío continúa: una escuela especial inclusiva que construye en comunidad, que trabaja día a día con compromiso y responsabilidad en el ámbito intra e interinstitucional, que se propone en cada acción ser participativa, socializadora, abierta y solidaria.

Mi experiencia con el Mural

Me llamo Victoria Garrahan, soy Profesora de Artes Plásticas del Instituto Antonio Provolo y soy sorda. Empecé con un pedido muy especial de la Directora, la Hermana Eugenia, de realizar un mural con reciclado de tapitas de gaseosas cuyo diseño tratara los 30 años de labor en el área de la Inclusión. Me pareció un gran desafío porque nunca había trabajado con estos materiales: cemento y mucho menos con tapitas. Para el diseño del Mural me inspiré en el artista Keith Haring porque sus diseños tratan mucho sobre la amistad, la aceptación y el juego. Cuando llegó el día de empezar la obra, en colaboración de los alumnos y de sus profesoras de grado, me sorprendió la predisposición, la alegría y sus ganas de trabajar: de aprender a preparar el cemento y manejar las herramientas, elegir las tapitas ideales para el pegado. Los chicos siempre se mostraron muy animados trabajando. La gran sorpresa fue observar la cantidad de vecinos que se acercaron a desearnos suerte, a preguntarnos si nos hacían falta tapitas, las caras de aprobación y de ternura con que nos miraban cada vez que pasaban a nuestro lado. Fue una experiencia enriquecedora de parte de la comunidad Provoliana, para los chicos que lo disfrutaron un montón y para mí también que me gustó ser parte del proyecto.

Instituto Antonio Provolo A-270

Escuela Especial Inclusiva

Av. Juan Bautista Alberdi 1679, CABA

institutoprovolo@yahoo.com.ar

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